San Nicolás de María–Sede de Gobierno
de la Santa y Nueva Argentina, 10 de mayo de 2013
El Festejo de la encarnación de la Victoria del
Espíritu
sobre toda carne y
sangre caída
Nos ha nacido acá en esta Sede, en esta Casita modesta de María un Querubín de Dios Padre, ante lo visual acontecía un hecho por demás de cotidiano… un nuevo nacimiento… pero para nosotros un hecho mucho más completo teniendo en cuenta el contenido político de Dios Conductor, lo invisible, lo espiritual, aquello que es lo que define, y por lo tanto es, en su sentido profundo un nuevo nacimiento de toda la humanidad.
Tan
es así, que en este lugar muy amado se han dignado a volver a visitarnos los
mismos Reyes que visitaron a Jesús en Su Nacimiento, nos han acompañado, y
velado con nosotros en su espera y en su gozosa y dolorosa llegada…
Nos
asistió en esta espera la profecía del cuerpo de profetas-Apóstoles para
recibirla. A los que dudaron nos recuerdo… ¿cómo salió la cuestión? Creímos en
el Señor y no fuimos defraudados.
En
este mismo hecho pusimos nuestra carne y sangre caída en el Cáliz del Padre, se
conjugaban dos comportamientos opuestos, en la confianza en Dios nos dejamos
guiar por Su Profecía y así Él condujo todo el proceso de nacimiento, mientras
en la oscuridad se desarrollaba la persecución, aquellos que querían “un caso”
para demostrar nuestra locura, así se envalentonaron creyendo que lo tenían,
que tenían un caso para aventurarse en declararnos locos, secta… incapaces, y
hasta hacernos un juicio para quitarnos nuestra hija.
El
resultado es que tanto se cebaron que Dios los puso de manifiesto, mostrándonos
quienes eran los que nos perseguían, muchos de la cercanía de nuestro corazón.
Su mayor derrota fue haber sido puestos a la luz.
Belén
Victoria, la muy esperada, la Victoria ansiada del Espíritu que libera a todos
de las limitaciones de la carne caída llegó.
Así
es la paradoja…mientras muchos la esperamos del mismo modo nos quedamos
dormidos… en ese momento de distracción, de relajación o descanso, se impuso la
Victoria para sorpresa de todos.
Para
sus padres el recibirla es el más grande desafío, más aún que eso, fue aceptar
el Milagro, el milagro de nuestro Amor, de la unidad de esta pareja, porque este
Amor sólo fue posible por gracia de Dios.
Es por eso que un día como hoy, pero hace cuatro años
nacía La Victoria, esa que hoy esperamos para nosotros, porque ese tipo de
Victoria es la que todos necesitamos a cada momento…como el aire para respirar.
Su
mismo nacimiento provocó un gran amor y rechazo-odio como genera todo elegido
de Dios desde el seno materno. Pero las heridas, las persecuciones, son sólo
ocasión de amar más.
Festejamos
la Venida de un Mundo Nuevo que se manifiesta en la Victoria del Espíritu sobre
toda carne y sangre caída, eso es Belén Victoria para nosotros su familia, pero
también para todos.